Económicas:
- Bajo costo y altor rendimiento, con lo que se asegura un gran ahorro en el gasto de combustible.
- Por su combustión con residuos carbonosos, disminuye la contaminación del aceite del motor, prolongando la vida útil de éste y manteniendo limpias las bujías.
- Al contrario de la gasolina, el gas no “lava” las paredes de los cilindros, asegurando una mejor lubricación.
- La combustión del GNV (gas natural vehicular) da origen a gases de escape menos corrosivos, lo que prolonga la vida útil del sistema de escape y el silenciador.
- Por su mayor octanaje (120 – 135 octanos) evita problemas de detonación y autoencendido asegurando una marcha más suave.
- El GNV no contiene plomo, y su mezcla homogénea con el aire permite una combustión casi perfecta, que prácticamente anula la contaminación del medio ambiente.
- Reduce hasta en un 97% las emisiones de monóxido de carbono en comparación con la gasolina y el diesel.
- Excelente nivel de seguridad; por ser más liviano que el aire, de haber una fuga el gas se eleva sin concentrarse peligrosamente, como un combustible líquido.
- Su temperatura de ignición es más elevada que la de los combustibles líquidos, reduciendo notablemente el riesgo de combustión espontánea.
- Es almacenado en cilindros de gran resistencia a alta presión, resultando imposible el ingreso de aire que de origen a una mezcla explosiva.
- El GNV es un gas olorizado, por lo que cualquier fuga se detecta con facilidad.
Fuente: Revista Perú al Volante
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